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Un aula con mala acústica crea un ambiente de aprendizaje negativo para muchos estudiantes, especialmente para aquellos que tienen dificultades de audición o aprendizaje. Un aula con mala acústica es frustrante para alumnos y profesores, como indican algunas investigaciones educativas. Según la Acoustical Society of America, en muchas aulas de Estados Unidos se puede perder hasta un 25% de la información por un exceso de ruido y resonancia.
Impactos del ruido en los estudiantes
Los estudios muestran como un aula con mala acústica afecta negativamente al aprendizaje. Las causas del ruido en un aula puede ser internas -tales como calefacción, ventilación o aire acondicionado-, y pueden tener su origen en los ventiladores de proyectores y ordenadores. Los muros, techos y suelos que no están correctamente aislados pueden también contribuir al ruido. Las causas del ruido pueden proceder también del exterior: aviones y autopistas. Ya proceda el ruido del interior o el exterior, el aprendizaje de los alumnos sufre. Los déficits en habilidades del lenguaje como consecuencia de un aula con mala acústica son acumulativos, por tanto, los efectos de este tipo de aulas pueden ser devastadores en los alumnos más pequeños.
Impactos del ruido en los profesores
Un aula con mala acústica también impacta en el profesorado. Los profesores son menos tendentes a hablar con los alumnos o hablan periodos de tiempo más cortos con sus alumnos cuando los niveles de ruido son altos. Cuando los profesores tienden a subir la voz sobre el ruido de fondo, sus voces pueden fatigarse. Trabajar en este ambiente de una forma continuada puede contribuir a crear frustración e incluso puede llevar al agotamiento.
Soluciones para una clase tranquila
Es fundamental que los profesores, los padres y los administradores entiendan el impacto que una clase ruidosa tiene sobre el aprendizaje de los estudiantes y trabajen con consultores acústicos y arquitectos para crear un ambiente tranquilo de aprendizaje. No existe un único camino para reducir el sonido en todos los espacios de una escuela. La cafetería, el gimnasio, etc. tienen diferentes requerimientos acústicos. Incluso el estilo de enseñar (lectura, grupo de discusión, etc.) tiene que ser valorado. Por ello se recomienda diagnosticar las aulas y al profesorado para identificar el ruido ambiente. El uso de techos acústicos, cierto tipo de recubrimientos en los muros y la colocación de estanterías pueden ayudar a absorber el sonido. Un consultor acústico también puede ayudar a reducir el ruido de los aparatos de climatización, controlar el ruido de otros equipamientos o recursos escolares, y hacer recomendaciones para mejorar la escucha global y el ambiente de aprendizaje en la escuela.
Fuente: Aprendersinruidomadrid.org
Leer más:
http://aprendersinruidomadrid.org/2012/03/21/la-acustica-del-aula-y-el-aprendizaje/
LUZEA realiza estudios de acústica de salas y consultoría acústica para generar soluciones específicas contra el ruido.