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Ayer tarde, el ruido volvió a cuatro locales de ocio de la plaza de Albatros. Pero no era música dentro de los bares ni gente hablando a las puertas mientras fuma un cigarro o toma el fresco. Ayer tarde, la Madrila descubrió el ruido rosa.
Ese concepto es la clave del asunto que ayer, a la hora taurina, reunió a una docena de personas en el epicentro del epicentro de la movida nocturna cacereña. El ruido rosa es lo que sale por los altavoces de un bar o una discoteca cuando en ella se hace una prueba de ruidos como la que ayer se realizó en cuatro establecimientos: Barroco, Latinos, Pasadena y Shutdown.
A las cinco y cinco de la tarde, José Gil, ingeniero técnico industrial, entró con su trípode y su sonómetro y los colocó en el centro del Latinos. No por capricho, sino porque se supone que ese es el lugar en el que el nivel de decibelios es más alto, al confluir el sonido procedente de los cuatro bafles. En el puesto del pinchadiscos, un técnico de la empresa Gestión y Control de Ruidos de Extremadura, con sede en Villanueva de la Serena, colocó un cedé y le dio al ‘play’. «A los que estáis aquí dentro -previno José Gil-, os aviso de que aquí va a haber ahora un mucho ruido».
FUENTE: HOY.es
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http://www.hoy.es/v/20120524/caceres/encomendados-ruido-rosa-20120524.html
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